Cuando escribo esta página todavía están frescas en mi retina las imágenes de la erupción del volcán de la isla de La Palma. La naturaleza despierta de forma explosiva tras un largo letargo y ante la mirada incrédula de sus habitantes, que ven como una colada de lava arrasa con los recuerdos de toda una vida. Mis mejores deseos para todos ellos.
Salvando las distancias y con el confort y la seguridad que me ofrece la tranquilidad de mi casa, desde la imperturbabilidad de la pantalla de mi ordenador, pero con un programa de actividades que no me deja un minuto libre, los acontecimientos programados para estos meses se amontonan y nos arrastran. Cuando todavía no he llegado a digerir las magnitudes de un congreso como AMWC (Mónaco), ahora tengo que priorizar los momentos para citas tan variadas como el reencuentro internacional antiaging de SEMAL y DERMUS, la reunión de dermatología privada que se celebrarán en Madrid y ambas en las mismas fechas. Sin olvidar que en medio está un nuevo curso de SEGERF, con el impulso a la ginecoestética que eso representa.
En este momento nos encontramos en medio de una gran erupción de actividades profesionales después del largo letargo que nos impuso la COVID. Empezamos un curso arrollador en el que todos derrochamos ganas y entusiasmo, quizá porque ahora valoramos algo más el tiempo y la importancia de estas reuniones. Se inició con las Jornadas Hispalenses, en breve tendrán lugar las Canarias y, en unas semanas, las de Castilla-La Mancha, un magnífico ejemplo de la importancia de los encuentros regionales y de proximidad. Para las grandes citas se continuará utilizando el formato híbrido, presencialidad y pantalla, para ponentes internacionales que por las restricciones sanitarias no se pueden desplazar. Tendremos multitud de presentaciones y novedades comerciales porque, todo quedó suspendido pero no anulado, ya que la vida sigue.
¡No paramos! ¡Seguimos avanzando!
