El Dr. Julio Terrén, vicepresidente de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (AECEP) explica que el Mommy Makeover es el término que implica “Cirugía tras la maternidad” y hace referencia al conjunto de intervenciones estéticas destinadas a paliar los cambios corporales que se producen como consecuencia del embarazo. Y es que, tras la maternidad, después de haber pasado por uno o varios embarazos, el cuerpo de la mujer ha sufrido una serie de cambios físicos y hormonales, modificando el aspecto corporal, y no siempre la recuperación natural llega a devolverles ese aspecto que tenían antes del embarazo.
Pero el Mommy Makeover no es un procedimiento standard, ya que estas cirugías están diseñadas a medida para necesidades específicas e implican una combinación de tratamientos para ayudar a resolver una serie de aspectos relacionados con la figura o con el contorno corporal post parto que se desee mejorar. Los senos, durante el embarazo y lactancia, sufren una serie de cambios destinados a la producción de leche y son, en líneas generales, un desarrollo notable de la glándula mamaria, con aumento global del tamaño. Posteriormente esa misma glándula se atrofia al no tener que realizar esa función secretora. Como consecuencia, se produce una pérdida de volumen en general, la pérdida de firmeza y la “ptosis” o caída de los senos.
El abdomen se estira para poder albergar al bebé, de tal manera que se pierde su firmeza cutánea. La musculatura abdominal también sufre cambios, del mismo modo que la piel se distiende y lo hacen también los músculos abdominales. Una alteración típica del embarazo es que los músculos rectos abdominales (los responsables del llamado six-pack o tableta de chocolate) se separan de la línea media, manteniéndose esta separación ya después del parto, lo que se denomina “diástasis de rectos”, y que provoca una protusión abdominal, una especie de barriguita en la zona central del abdomen, que sucede incluso en pacientes delgadas y con buena tonificación muscular.
Tratamientos
En general, el Dr. Terrén recomienda que la mujer empiece a corregir estos problemas cuando haya decidido que no va a tener nuevos embarazos. En cualquier caso, aconseja no comenzar con las intervenciones quirúrgicas hasta que no pasen entre 6 y 12 meses desde la finalización del embarazo o de la lactancia.
– Mamoplastia: levantamiento, aumento o reducción de pecho.
– Abdominoplastia: su objetivo es el abdomen, recupera la firmeza eliminando grasa, piel y tensando los músculos.
– Liposucción: elimina la grasa sobrante.
– Lipoescultura: recuperación del contorno y silueta del cuerpo.
– Labiaplastia: en algunos casos, los labios menores de las partes íntimas se estiran durante el parto, sobresaliendo de los labios mayores protectores. Este proceso se basa en corregirlo removiendo el exceso de piel.