La lipoestructura facial permite ganar volumen y mejorar la calidad de la piel en el contorno de los ojos. Nuestra expresión del rostro dice mucho de nosotros, especialmente una sonrisa, y hemos conseguido adaptarnos para transmitir esos sentimientos con la mirada. De hecho, al sonreír activamos hasta 17 pares de músculos faciales que se reparten entre la boca y los ojos. Por este motivo, la oculoplastia, el área de especialidad de oftalmología dedicada al tratamiento de las estructuras que rodean el ojo, ha cobrado especial relevancia en el último año y con ello la lipoestructura facial. Además de la importancia de transmitir nuestras emociones, también debemos tener en cuenta la percepción que los demás tienen de nosotros al ver solamente nuestros ojos.
El Dr. Michel Tazartes, cirujano oculoplastico del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, explica cómo sencillas intervenciones quirúrgicas pueden ayudar a recuperar la esplendidez de la mirada:
– La blefaroplastia es una técnica quirúrgica que se utiliza cuando existe un exceso de piel y bolsas en los párpados, las típicas ojeras marcadas o un exceso de piel en el párpado superior, que incluso puede llegar a pasar por encima de las pestañas produciendo un efecto visera.
– La lipoestructura, por otro lado, consiste en rellenar con un injerto autólogo, es decir, con el propio tejido graso del paciente, las zonas en las que este tejido ha ido desapareciendo con los años. Las zonas de reparación más habituales con esta técnica son los pómulos, el labio, la ojera profunda y oscura, la caída de la ceja o el surco profundo del párpado superior. La grasa no solo proporciona volumen, sino que mejora la calidad de la piel, que se vuelve más clara y sin arrugas. El tejido graso está repleto de factores de crecimiento y de células madre que actúan como regenerador en la piel. Esta técnica también está orientada a pacientes que precisan una cirugía reparadora como, por ejemplo, pacientes oncológicos o con cicatrices pronunciadas.