Recientemente ha llegado a Europa un tratamiento contra la flacidez facial y las arrugas, que trata simultáneamente a la piel y los músculos faciales, sin agujas, sin rellenos y sin hematomas, afirma el Dr. Ricardo Ruíz, director de Clínica Dermatológica Internacional (CDI) y jefe de servicio de Dermatología del Hospital Ruber Internacional.
Se trata de una combinación logra mejorar la densidad y tono de los músculos faciales y de sus fascias, y además estimula la producción de colágeno y elastina en la piel. Por lo tanto, actúa sobre dos causas importantes del envejecimiento facial: la pérdida de tono muscular y la pérdida de colágeno. Los resultados que vemos en los pacientes son discretos pero evidentes, afirma el especialista.
Se utiliza un dispositivo que combina HIFES (high-intensity facial electrical stimulation) con radiofrecuencia, es decir, utiliza campos eléctricos de alta intensidad emitidos simultáneamente con radiofrecuencia sincronizada.
Los estudios clínicos de este novedoso método han demostrado un 37% de mejoría en la reducción de arrugas, un 23% de perfección en el efecto lifting y un 30% de mejoría en el aumento del tono muscular.
“Sin duda, se posiciona como un tratamiento que puede complementar los procedimientos que utilizamos los dermatólogos para ayudar a envejecer a nuestros pacientes con elegancia y discreción. Dispositivos y métodos estéticos para mejorar la calidad de la piel (IPL o láser), las arrugas (toxina botulínica) o las pérdidas de volúmenes (rellenos de ácido hialurónico o hidroxiapatita cálcica)”, señala la Dra. Verónica López Couso, médico estético de CDI.
La experta explica que al paciente se le colocan unos terminales adhesivos en la frente y en ambas mejillas, así como un parche en la espalda para activar la radiofrecuencia. La sesión dura 20 minutos, provocando durante este tiempo contracciones musculares dirigidas específicamente a los músculos elevadores de la cara, los músculos frontales (los músculos responsables de levantar las cejas), los músculos cigomáticos mayor y menor (los músculos responsables de la sonrisa) y el risorius (los músculos de las mejillas).
Es recomendable 4 sesiones al año con una semana de intervalo entre cada tratamiento. “Aunque la técnica tiene un efecto flash inmediato, los resultados se empiezan a ver a partir de la tercera sesión”, indica la doctora.