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Cómo detectar una dismorfofobia

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El Dr. Jordi Mir, cirujano estético de Clínicas Dorsia, ha trazado un perfil tipo de los pacientes con dismorfofobia. Estas personas se sienten mal en su cuerpo, se ven feos, viven preocupados por defectos inexistentes y en un constante martirio psicológico por pequeñas imperfecciones apenas visibles.

Además, son presas del estrés, del desánimo y los sentimientos depresivos, lo que les lleva sentimientos de vergüenza, culpa o soledad. Suelen aislarse y evitar situaciones que les provocan ansiedad o malestar psicológico, causando un deterioro psicosocial, laboral y afectivo.

Se trata de un perfil de paciente que acude a menudo a las consultas de cirugía estética, pero nunca están contentos con el resultado obtenido y suelen demandar a sus doctores por lo que ellos consideran mala praxis profesional.

El Dr. Mir añade que “son personas que buscan su bienestar a través de la intervención quirúrgica. Ante la respuesta negativa de un cirujano, buscarán otro cirujano para obtener aquella intervención tan deseada. No son conscientes de su patología, niegan su problemática y creen que intervención tras intervención se sentirán mejor y no es así, al contrario, cronifican su problema”.

Por ello, el experto recomienda “no intervenir nunca a una persona con esta patología, que no es otra que un problema mental, que debe ser tratado por un psicólogo o psiquiatra”.

Con la ayuda terapéutica adecuada, se pueden reducir de manera considerable los niveles de malestar, tal como asegura la psicóloga Pilar Conde, de Clínicas Origen.

Más allá de los beneficios del tratamiento, la psicóloga incide en la importancia de la prevención en esta sociedad en la que el culto a la imagen ocupa un lugar privilegiado. “La adolescencia y el inicio de la edad adulta son épocas críticas en aquellas personas, independientemente del sexo, autoexigentes y cuya autoestima depende en un elevado porcentaje de su aspecto físico”, explica.

La experta añade que “hay que dedicar especial atención a aquellos momentos de la vida en los que un hecho importante pueda desencadenar una crisis de autoestima: rupturas, despidos o cambios físicos”.

La psicóloga aporta dos consejos para ayudar a quienes tienen problemas con su imagen:

1. Ser buenos modelos como padres, parejas o amigos. Priorizar sobre el valor de las personas, más allá de la apariencia o el físico.

2. Avisar a quien padece el problema de que si continúa preguntándonos qué tal le vemos y quejándose de sus imperfecciones no vamos a seguir haciéndole caso. Si no le advertimos de que no le vamos a reforzar más podría sentirse mucho peor.