Ocho de cada diez hombres y casi la mitad de las mujeres de España serán obesos o tendrán sobrepeso en 2030. Lo advierte un reciente estudio del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, que viene a sumarse a las advertencias globales de la OMS sobre la consideración reciente de estos dos factores, obesidad y sobrepeso, como una epidemia global.
Las causas, también globales, los malos hábitos de vida: sedentarismo y alimentación insana, rica en grasas y azúcares. Las campañas preventivas pueden paliar este problema en niños , jóvenes y en quienes los kilos de más no suponen un peligro.
Cirugía bariátrica
La reducción de estómago, cirugía bariátrica, en sus diferentes variantes es, hoy por hoy, la solución más efectiva y, a veces, la única. Esto es, para personas que se han sometido a otras intervenciones y no han logrado recudir su índice de masa corporal hasta límites saludables.
La endoscopista, Rebecca García de la Unidad de obesidad y Nutrición de Clínica Unidad de Obesidad
Dorsia, explica en qué consiste destinada al paciente con obesidad severa y mórbida: “Mediante la técnica laparoscópica se modifica la forma del estómago, dotándole de forma de tubo y reduciendo su capacidad en torno al 80%. Este resultado supone una menor necesidad de ingerir alimentos, ya que, al reducir las dimensiones de este órgano se produce una menor segregación de la grelina, la hormona que regula el apetito”.
El objetivo -continúa diciendo la especialista- es perder en torno al 60% e incluso el 70% del sobrepeso en un plazo de doce meses en el siguiente proceso:
- El diagnóstico previo es el punto de partida para conocer el estado del paciente. A las pruebas habituales (historial médico, electrocardiograma, radiografía) se unen un estudio hormonal, otro del tránsito exofagástrico y una evaluación psicológica.
- Durante quince días, el paciente deber someterse a una dieta líquida.
- Antes de la intervención, se procede a la dilatación del estómago, con el fin de introducir dióxido de carbono en su interior. El objetivo es expandirlo para que el laparoscopio (un instrumento óptico que permite ver en su interior) pueda trabajar en condiciones óptimas.
- La intervención propiamente dicha es poco invasiva y presenta menos complicaciones que otras técnicas. Realizada bajo anestesia general, dura dos horas, durante las cuales se realizan de dos a cinco incisiones de 5 a 10 mm para introducir el material quirúrgico.
- El postoperatorio requiere dos días de ingreso hospitalario y un seguimiento inmediato que consiste en la reintroducción paulatina y vigilada de los alimentos. Las dos primeras semanas la dieta será líquida, las dos siguientes triturada, y , finalmente, se procederá a comer sólido.
“El resultado es óptimo”, explica la especialista, “ya que se consigue evitar el crecimiento del estómago, que, como mucho, consigue recuperar sus dimensiones en un 10%. Sin embargo, es importante mantener los hábitos de vida saludables desde el primer día tras la intervención, ya que, si se come más de la cuenta la primera semana se corre el riesgo de una cicatrización no adecuada y, por lo tanto, de unos resultados no óptimos. En cuanto al hambre, prácticamente desaparece. El paciente ya no tiene ansiedad”.