Los expertos destacan que parte de la ciudadanía considera la obesidad un problema meramente estético y no la identifican como una enfermedad, por eso las más importantes sociedades científicas implicadas en este tema han elegido el lema “Stop discriminación, la obesidad también es una enfermedad” para conmemorar el Día de la lucha contra la obesidad.
La Dra. Irene Bretón, presidenta de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), indica que: “a pesar de que es una enfermedad crónica reconocida, no siempre recibe la atención que merece. Cualquier condición clínica se complica por la obesidad, pero, aunque se cree que no hay nada que hacer, tratándola mejoran muchos problemas”.
No reconocerla ni diagnosticarla como enfermedad produce un retraso en la consulta sobre el exceso de peso por parte del paciente que se estima en 6 años de media, según ha mostrado el estudio ACTION-IO. Este retraso en la consulta se debe al gran estigma de sufre esta enfermedad que culpabiliza al paciente por tener malos hábitos alimentarios y ser responsable de su enfermedad simplificando su compleja y multifactorial etiología. Según este estudio, hasta un 81% de los propios pacientes consideran que la pérdida de peso es su responsabilidad y por eso demoran la consulta.
Estos retrasos favorecen la aparición de patologías asociadas como la hipertensión arterial (HTA), la diabetes mellitus (DM), dislipemia, el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), etc., haciendo la enfermedad cada vez más compleja.
Prevención en la dieta
Los expertos consideran elementos fundamentales en la prevención: mantener una dieta equilibrada, realizar una actividad física regular, comer con moderación controlando el tamaño de las raciones, consumir 5 raciones de fruta y verdura todos los días, limitar la comida rápida y precocinada, así como los fritos y rebozados, y moderar el consumo de azúcar blanco, los alimentos y bebidas azucaradas, entre otros. Sin embargo, hay que profundizar en las barreras que llevan a las personas con obesidad a no poder seguir estas recomendaciones o hacerlo sin éxito. Es importante tener en cuenta los múltiples factores implicados en esta patología tanto personales, como psicológicos, sociales, económicos, factores estresores o problemas del sueño, etc., entre otros, que pueden estar predisponiendo a la obesidad y que tienen que ser abordados. Sin olvidar el papel tan importante y clave de la industria alimentaria, la legislación o el urbanismo, que promueven un ambiente obesogénico y el sedentarismo.
“La educación desde la infancia en los hábitos de vida saludables es muy importante, del mismo modo que la concienciación de que es una enfermedad en la población general. También es necesario dar a los pacientes con obesidad la oportunidad de controlar su enfermedad con fármacos al igual que en otras enfermedades crónicas”, declara la Dra. Susana Monereo, secretaria de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).