Las alteraciones de horarios, el estrés y el sedentarismo asociados al desarrollo tecnológico generan un entorno propicio para el desarrollo de obesidad. Estos son los tres factores que según indican los expertos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), propician el aumento de la obesidad.
Este fenómeno explica en gran parte la progresión creciente en el aumento de la obesidad a nivel mundial, advierten los expertos.
En palabras del Dr. Javier Salvador, profesor titular de Endocrinología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra y miembro del Área de Neuroendocrinología de la sociedad científica, “el ambiente obesogénico comprende una serie de factores que se encuentran presentes a nuestro alrededor y que contribuyen a generar -o perpetuar- la obesidad”. Estos factores incluyen elementos que emanan desde políticas administrativas o educativas hasta otros relacionados con el entorno socioeconómico, laboral, escolar, familiar y sanitario, ha explicado el especialista.
El problema de la cronodisrupción
Un elemento a destacar en este contexto es la cronodisrupción (alteración de los ritmos de actividad y descanso), que hace que los ritmos vitales y los hábitos estén desacompasados, con la perniciosa combinación de descanso nocturno escaso y sedentarismo. Igualmente, ha aclarado el Dr. Salvador, “el estrés característico de la vida en los tiempos actuales, y el estigma relacionado con el peso, que sufren muchas personas con obesidad son elementos muy perjudiciales. Estos elementos generan situaciones que desequilibran la regulación del comportamiento alimentario y del gasto energético, favoreciendo la ganancia excesiva de masa grasa y peso corporal”.
El especialista recuerda que son numerosas las evidencias científicas que demuestran que el desorden en el horario de comidas y en el ritmo sueño-vigilia se asocian con un riesgo aumentado de obesidad, alterando los reguladores del metabolismo y del balance energético. A su modo de ver, el ambiente obesogénico “debe ser evaluado y priorizado en la prevención y tratamiento de la obesidad”.
España, territorio obesogénico
Aunque la obesidad es una pandemia de alcance mundial, España ostenta el dudoso honor de estar en uno de los puestos destacados en cuanto al avance de la enfermedad.
“En nuestro país la prevalencia de obesidad sigue siendo muy elevada, situándose en torno al 23% en la población adulta, de modo que en este segmento de población el exceso de peso (obesidad más sobrepeso) supera al 60% de habitantes. Las cifras en infancia y adolescencia varían según los estudios y los márgenes de edad, pero alcanzan el 18% en algunas series advirtiéndose exceso de peso global en hasta 40% en algunos rangos de edad”, asegura el Dr. Salvador.
Para atajar esta enfermedad, sobre la que el Dr. Salvador indica que “se han dado algunos avances, pero aún no suficientes”, el especialista propone como principal herramienta “la concienciación y el conocimiento de la población acerca de la problemática que representa la obesidad”. El control de la obesidad tiene “extraordinarias repercusiones sobre la prevalencia de complicaciones como las enfermedades cardiovasculares y metabólicas, psiquiátricas y el cáncer, lo que se traduce en impactos muy favorables sobre la calidad y expectativa de vida”.