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El tabaco, uno de los grandes enemigos de la longevidad

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La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), recuerda que el consumo de tabaco, primera causa de morbimortalidad evitable, constituye un problema de salud pública de primer orden.

Además es responsable de un 33% de los tumores y de un 22% de las muertes por cáncer, según datos de la OMS, sino destacar que, en este momento, en el que la pandemia de COVID-19 está afectando de manera importante al mundo, los fumadores tienen mayor riesgo de desarrollar una forma severa de COVID-19 y de muerte.

De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1,1 billones de personas consumen tabaco y más de 8 millones de personas fallecen en el mundo por el tabaco cada año.

Responsable de multitud de tumores

El hábito de fumar sigue siendo el responsable del mayor número de muertes por cáncer en la Unión Europea, y el 85-90% de los casos de cáncer de pulmón pueden atribuirse directamente al tabaco. Además de afectar al propio fumador, el tabaco afecta también a los que conviven con él (fumadores pasivos), con un aumento del 20 al 30% en su riesgo de cáncer de pulmón y hasta 1,2 millones de muertes anuales en el mundo. Se estima que cerca de la mitad de los fumadores fallecerán por causas relacionadas con el tabaco.

El tabaco no sólo incrementa el riesgo de cáncer de pulmón, sino que también es un factor de riesgo para el desarrollo de múltiples tumores, incluyendo cavidad oral, faringe, laringe, esófago, estómago, cuello de útero, vejiga, intestino (colon y recto), riñón, páncreas y próstata, además de la leucemia mieloide aguda. Algunos datos indican que también puede aumentar el riesgo de cáncer de mama. Se calcula que hasta el 20% de los fallecimientos por cáncer en Europa se deben al tabaco.

Además de ser un factor de riesgo para el desarrollo de tumores, seguir fumando es impacta en la supervivencia de los pacientes con un cáncer ya diagnosticado. En pacientes con cáncer de pulmón, se asocia con complicaciones derivadas de los tratamientos, una reducción de la calidad de vida y una disminución de la supervivencia. Por todo ello, el no fumar se considera en la actualidad como la mejor medida preventiva frente al cáncer.