Las claves en el nuevo enfoque post COVID-19 de la salud preventiva con los tratamientos post pandemia deben conllevar una reintroducción al deporte, a la nutrición y rehabilitación con melatonina, vitamina D, equilibrio hormonal e higiene del sueño, así lo indica Esther Anzola, CEO de Neolife. El coronavirus nos ha traído un nuevo concepto de salud preventiva más asociado a un paciente, que, haya estado expuesto o no al virus ha tomado conciencia de la importancia de cuidarse.
La gestión médica de la edad
En esta Unidad Multidisciplinar con técnicas de antienvejecimiento para la salud preventiva, se valora el estado de salud del paciente en todas sus dimensiones y, además, se propone un plan a largo plazo no solo para corregir las alteraciones encontradas, sino con el fin de prevenir deterioro y daño futuro, integrándolo en un programa de medicina de manejo de la edad.
A los pacientes que han pasado la enfermedad, se les realiza, en primer lugar, un estudio exhaustivo de su estado de salud. Dicho estudio consta de tres partes, una analítica, una investigación de sus antecedentes clínicos y de su estado actual, así como una exploración física. Las dos últimas pruebas son comunes, mientras que la analítica se personaliza según el grado de afectación del virus en el organismo del paciente: si estuvo ingresado con neumonía bilateral o no, si hizo fenómenos trombóticos, si acabó en UCI, si tiene astenia, si sufre niebla mental, si nota fatiga con el ejercicio… Se indican pruebas de imagen pulmonar si hay o hubo afectación a ese nivel, test cardíacos de complejidad creciente según los datos disponibles, estudios neurocognitivos, del sueño, etc.
Tratamiento
Con los resultados en la mano se analiza el estado inflamatorio y el de los sistemas inmune y cardiorrespiratorio, como elementos de mayor calado, y otros menores como sus niveles hormonales, sus niveles de NAD (una molécula que interviene en el proceso de sintetización de la comida) y el uso de melatonina. El tratamiento es interdisciplinar, esto es abarca la rehabilitación, la nutrición y el ejercicio, aunque de manera personalizada, es decir, según cada diagnóstico, puede ser secuencial o realizarse todo a la vez. Las claves son la reintroducción cuidadosa y observada en el deporte, ya que puede haberse producido afectación inflamatoria y lesión del músculo cardiaco en personas con síntomas como dolor torácico, falta de aire y palpitaciones. El tratamiento fisioterápico, añaden, es fundamental para tratar restricciones de movilidad, alteraciones neurológicas y mejorar la función pulmonar, entre otros.
Además, y por alteraciones importantes a nivel metabólico por la propia enfermedad o por los fármacos usados para su tratamiento en la fase aguda, se puede hacer preciso utilizar suplementos específicos o fármacos para salud hepática, perfil glucémico o lipídico. En este punto se quiere destacar la relevancia de la melatonina, hormona cuyos efectos benefactores frente a la COVID se vienen señalando desde el principio de la pandemia. Sus enormes propiedades como regulador de los ritmos circadianos, descanso, inflamación, estrés oxidativo, protección celular en general y neuronal en particular la hacen un aliado importantísimo en el tratamiento de pacientes postcovid. Pero, la experta advierte que su manejo es muy complejo y las dosis deben ser muy diferentes para cada paciente.
Más allá de la nutrición y el deporte adecuados para mantener a raya los indicadores negativos de azúcar y colesterol, la nueva salud nos conmina a vigilar nuestros niveles de vitaminas y el estado de nuestro equilibrio hormonal, además de nuestra higiene del sueño, todo ello enmarcado en la búsqueda del equilibrio orgánico y contra el envejecimiento celular.