El psicólogo Daniel Velázquez, ofrece unas recomendaciones para reducir los efectos negativos en la salud mental provocados por la situación de confinamiento generados por la pandemia de coronavirus:
- Cambiar la perspectiva. Aceptar la situación de confinamiento y adaptarnos a esta forma de vida nueva (y temporal) reducirá las secuelas psicológicas de la cuarentena. Mantener una actitud positiva y paciente será el quid para verlo todo desde un punto de vista más optimista. Es mejor enfocarnos en que estamos ayudando a todas las personas de nuestro entorno cada día que pasa sin contagiar ni ser contagiado. Estar dándole vueltas a preocupaciones posibles futuras que no podemos controlar no nos ayudarán en nada.
- Mantener el orden. Estar sometido a falta de movilidad y de estimulación puede generar ansiedad en las personas, por lo que es esencial que dentro del espacio de confinamiento se mantenga un ambiente agradable y haya un cierto orden, empezando por despejar las estancias para conseguir una mayor sensación de amplitud. Sobre todo, debemos recordar la máxima de no comer ni dormir donde se trabaja, creando un lugar físico para cada actividad. Asimismo, no debemos estar todo el día en pijama y nuestra ropa ha de servir para distinguir momentos de limpieza, trabajo, descanso y ocio.
- Trabajar las relaciones. Relacionarse es determinante en el mantenimiento del vínculo y en la percepción de sentirse unido a los demás. Por eso, en caso de que estemos pasando la cuarentena acompañados, deben trabajarse las relaciones con las personas con las que vivimos y fomentar actividades en común que relajen el ambiente. Aislamiento no significa soledad, aunque estemos pasando esta cuarentena sin compañía. Es uno mismo quien, con las relaciones creadas con el entorno, y es importante buscar vías de contacto social y emocional a través de distintos canales, ya sea videollamadas, llamadas telefónicas, o servicios de mensajería instantánea, para sentir cercanía con otras personas.
- Tiempo para disfrutar. El tiempo de confinamiento puede provocar desazón. Hay aprovechar este período y dedicarlo a actividades gratificantes que nos ayuden a olvidarnos del reloj. También es ideal organizarse, establecer unas ocupaciones diarias que estimulen creatividad e intelecto y aprender algo de todo este proceso.
- Promover la sensación de libertad. Algunos individuos interpretan el confinamiento como falta de libertad. Es esencial positivizar el lenguaje mental y no sentir menoscabada nuestra libertad. En el pensamiento se estructura la visión que tenemos del mundo que nos rodea, por ello es necesario mantener un lenguaje mental positivo, ver las cosas de otra manera y no tomarlas como algo personal. Se trata de intentar parar el bucle negativo y desplazar la atención a otra cosa.
- Relativizar el peligro. Tomando las medidas de precaución indicadas por las autoridades se reduce al mínimo el peligro de contagio por coronavirus, por lo que, dentro de los riesgos, hay que relativizarlo. Un miedo exagerado puede suponer una grave dificultad a la hora de retomar la vida cotidiana, por lo que ante esta situación extraordinaria hay que actuar de manera responsable y paciente.