La Dra. Arantxa Arana, dermatóloga de la Clínica Pérez Sevilla, explica las causas del vitíligo, sus síntomas y consecuencia psicológicas y los tratamientos para mejorar la piel.
El vitíligo es una enfermedad cutánea autoinmune que provoca despigmentación, es decir, zonas blancas o máculas. La decoloración es causada por la desaparición de los melanocitos, células que sintetizan la melanina, el pigmento de la piel. El vitíligo afecta por igual tanto a hombres como mujeres y a todo tipo de pieles. Es decir, la piel oscura y la piel clara pueden verse afectadas en las mismas proporciones. Afecta, aproximadamente, al 0,5 y el 1% de la población. Hay que destacar que existen dos formas de vitíligo:
– El vitíligo generalizado, la forma más común y que representa del 90 a 95% de los casos. Se manifiesta por áreas blancas bilaterales y simétricas por todo el cuerpo.
– El vitíligo segmentario (del 5 al 10% de los casos) afecta sólo a un lado del cuerpo.
Causas
Es una enfermedad crónica con predisposición genética, ligada a los genes que controlan nuestro sistema de defensas. En el caso de una enfermedad autoinmune, nuestras propias células inmunitarias atacan los propios componentes del cuerpo, en este caso los melanocitos. Sin embargo, esta predisposición genética no lo explica todo. Cuando sólo uno de los padres padece vitíligo, el riesgo de que el niño también lo padezca es del 3%. Este riesgo aumenta hasta alrededor del 8% en el caso de ambos padres afectados. Así, los factores ambientales entran en juego en el desencadenamiento y/o empeoramiento del vitíligo: roces, estrés o infecciones.
Síntomas y consecuencias psicológicas
Inicialmente localizadas en la cara, las manos y los pies (la llamada forma acrofacial), las manchas blancas tienden a extenderse a otras partes del cuerpo, como los codos, las rodillas, las axilas e, incluso, la zona genital. En algunos pacientes, la enfermedad es muy estable. Otros experimentarán brotes, con un empeoramiento de la despigmentación, seguido de una estabilización o incluso una fase de repigmentación, antes de una reanudación de la decoloración. Más allá de las manifestaciones cutáneas, los pacientes a veces sienten picazón u hormigueo a nivel de las lesiones, cuando están activas, es decir, en la fase de un brote inflamatorio.
Las lesiones descoloridas son benignas y no tienen riesgo de convertirse en afecciones más graves, como cáncer de piel. Sin embargo, su aspecto estético muy marcado constituye una carga psicológica para los pacientes. En muchas ocasiones, la percepción de la enfermedad y su gravedad están estrechamente ligadas a las zonas del cuerpo afectadas. Las más difíciles de tratar son la cara y las manos, las partes del cuerpo más visibles.
Tratamientos
Al principio, el vitiligo puede confundirse con una enfermedad relacionada con un hongo llamado pitiriasis versicolor, que también provoca una decoloración de la piel, lo que provoca un retraso en el diagnóstico y un tratamiento inadecuado. Una vez realizado el diagnóstico, la estrategia terapéutica contempla tres objetivos: detener la progresión, cuando la enfermedad está activa, y la destrucción de los melanocitos por parte del sistema inmunológico; intentar repigmentar las manchas descoloridas; y mantener esta repigmentación.
Antiinflamatorios. Se puede recetar terapia con corticosteroides locales para áreas fuera de la cara. En el rostro se pueden prescribir otras cremas antiinflamatorias, a base de inhibidores de la calcineurina, cuenta la dermatóloga.
Fototerapia. La fototerapia es el tratamiento recomendado para mejorar esas manchas blancas. El láser fraccionado no ablativo consigue mejorías de hasta el 85%, así como el de CO2 fraccionado. También los peelings médicos ayudan a unificar el tono de la piel. Eso sí, se recomienda siempre utilizar la protección solar de amplio espectro, finaliza la dermatóloga.